La piedra artificial tiene una larga historia y, en contra de las apariencias, no es una novedad en sí misma.
Lo único que ha cambiado a lo largo de los siglos son los métodos de fabricación que mejoran las técnicas de producción. Las piedras artificiales pueden dividirse en dos grupos principales, a saber, la piedra moldeada y la piedra impresa. Estas dos técnicas siguen siendo aplicables hoy en día. Sin embargo, son tan diferentes entre sí que las empresas que producen piedra artificial tienden a especializarse en una de ellas.
El hormigón artificial, como su nombre indica, suele utilizarse para producir piezas de fundición. Las decoraciones de jardín, como esculturas, fuentes, elementos de estuco, etc., se realizan con mayor frecuencia con este método. La producción propiamente dicha utiliza moldes de fundición de los que se obtiene el producto acabado.
La piedra impresa tiene más en común con la escultura.
Puede formarse perfectamente mientras la mezcla de hormigón está todavía fresca. Con este método se crean rocas artificiales, árboles artificiales y decoraciones únicas, entre otras cosas. Al producir decoraciones con esta técnica, se suele conseguir un producto único. Porque se fabrica totalmente a mano, sin utilizar moldes de fundición, replicando siempre la misma forma. Naturalmente, las propias formas también se utilizan en esta técnica, pero de una manera completamente diferente. La mayoría de las veces no para obtener la forma en sí, sino sólo la textura.
Este método de producción de roca artificial es actualmente el mejor y más versátil.
Permite crear diversas formaciones espaciales que pueden adaptarse en el destino, sin limitarse a componentes de decoración prefabricados que habría que ajustar cada vez. La propia piedra artificial, ya sea moldeada o impresa, tiene la característica única de proporcionar un sustrato muy bueno para el crecimiento de los líquenes.
Indirectamente, esta es una característica deseable que añade realismo con el tiempo. Ya sean rocas artificiales, árboles o esculturas, con el paso del tiempo reciben una especie de «pátina» que afina el producto final. Esta es una propiedad que es esencialmente imposible de conseguir con materiales sintéticos.